Barcelona vivió una pesadilla en el mercado de transferencias de verano. El club español se encontró con una ventana de fichajes en la que parecía encaminarse como uno de los ganadores con fichajes de impacto y un gasto menor, además, según reportes, ya tenían un acuerdo para renovar el contrato de Lionel Messi, quien un año atrás había pedido su salida del equipo.
Sin embargo, fue con el propio argentino con quien empezó la pesadilla culé. A pesar de acordar una extensión de contrato con el club, Messi no podía firmar el mismo, esto debido a que el Barcelona no contaba con el espacio salarial impuesto por LaLiga, lo que terminó por provocar que la "Pulga" y el club decidieran separar sus caminos, lo que terminó en el fichaje del mundialista argentino con el PSG.
Asimismo, el tema salarial puso en peligro los refuerzos de Memphis Depay y Sergio Agüero, ambos, refuerzos que llegaron como jugadores libres tras finalizar sus contratos con el Olympique de Lyon y Manchester City, respectivamente. Además, cualquier otro traspaso parecía encontrarse fuera de la discusión. Para poder registrar a los dos delanteros, jugadores como Gerard Piqué y algunos otros de los capitanes del club accedieron a una rebaja en sus salarios y aliviar las finanzas del Barca.
Las ventas forzadas del Barcelona
El Barcelona, presionado por encontrar solucionar sus problemas financieros, vendieron a jugadores como Emerson, Junior Firpo, Jean-Clair Todibo y Aleña, además de enviar en préstamo a otros equipos a Francisco Trincão y Rey Manaj. Finalmente, en el último día de transferencias, el equipo dirigido por Ronald Koeman lanzó uno de los grandes bombazos del mercado al enviar a Antoine Griezmann de vuelta al Atlético de Madrid, perdiendo así a uno de los nombres más importantes dentro de la plantilla. Como único refuerzo en respuesta a la salida del campeón del mundo, los culés sumaron al atacante, Luuk de Jong.
Al final fueron 14 bajas para el Barcelona, con cinco altas, en un mercado para el olvido y que podría encontrar en Memphis Depay a su único consuelo.