En la tercera pelea entre el británico Tyson Fury y el estadounidense Deontay Wilder, el primero se llevó la victoria después de haber remontado el combate en donde parecía quedar noqueado a la mitad de los asaltos. Con este triunfo por la vía de KO, dejó fuera a Wilder quien buscaba recuperar su título mundial.
En el T-Mobile Arena, Paradise, se volvieron a encontrar una vez más estos rivales que han creado una nueva pareja de antagonistas en la era moderna del boxeo. Se midieron por tercera ocasión en el cuadrilátero para poner el sello del campeón de los pesos pesados, el cual derivaría de lo que sucediera en el ring, pues Tyson Fury llegaba de haber ganado el último encuentro, donde Wilder perdió su título de la WCB.
Con la asistencia de las autoridades correspondientes, Fury y Wilder protagonizaron una pelea épica en el box sobre todo porque la mayoría de los rounds la competencia fue bastante pareja. En los primeros, parecía que el estadounidense de 35 años iba a caer noqueado en el piso tras una serie de golpes propinados por su contrincante pero volvió a la disputa pese a lucir desorientado y tambaleándose.
La campana lo salvó y en los siguientes asaltos, Wilder vino de menos a más pues en dos ocasiones provocó la caída de Fury, campeón vigente y con una marca de 30-0-1, 21 de ellos nocauts. Esta vez pintaba que el título podría ser para el de casa pero el inglés de 33 años 'remontó' en los últimos momentos del round 11 al pegarle en la quijada a su oponente y causar su desplome.
Wilder ya no pudo hacer nada, Fury se proclamó campeón de los pesos pesados y confirmó su posición ante su rival más fuerte hasta el momento. Con un empate y dos victorias, el inglés reafirma su superioridad ante su oponente protagonizando una disputa cerrada y con gran sorpresa en los momentos finales, lo que le valió su título y alrededor de 15 millones de dólares, incluido los derechos por televisión.