La gimnasia artística comenzó su actividad en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde la estrella Simone Biles demostró porque es la numero uno. Sin embargo, la atleta brasileña Rebeca Andrade, sorprendió con su actuación y se quedó a solo 332 milésimas de la estadounidense en esta fase clasificatoria.
La brasileña de 22 años tuvo que pasar tres veces por el quirófano por roturas de ligamento en la rodilla izquierda. La primera, en 2015, la sacó de los Juegos Panamericanos y le causó tanto dolor que llegó a pensar en retirarse, una idea que dejó atrás gracias al apoyo de su familia, su equipo y sus amigos.
La lesión se repitió en 2017 y nuevamente en 2019 y sus esperanzas de continuar con el deporte llegaron a desvanecerse. Ese año, la joven deportista perdió la oportunidad de asistir a los Mundiales de Stuttgart (Alemania), clasificatorios para los Juegos de Tokio.
La pandemia del coronavirus, irónicamente, le dio un espaldarazo a la atleta, que pudo recuperarse con calma y conseguir la ansiada clasificación para los Juegos por cuota continental.
No ha sido un camino fácil para esta gimnasta que creció en un humilde hogar en Guarulhos, un municipio de la zona metropolitana de Sao Paulo, junto con siete hermanos y bajo el cuidado de su madre que conseguía el sustento de su familia con trabajo doméstico.
A los 9 años, cuando todavía era una niña, pero ya se vislumbraba como una gran atleta, salió de su casa con la bendición de su madre y se alzó a volar en una aventura que hoy la posiciona como una de las mejores gimnastas del mundo.
Con apenas 13 años ganó el Trofeo Brasil de Gimnasia Artística en 2012, su primer torneo como profesional, y desde entonces son muchos los triunfos obtenidos por esta atleta.
Entre las principales preseas, la joven gimnasta suma ocho oros, seis platas y tres bronces en copas mundiales.
También ganó el oro en suelo en los Panamericanos de Río de 2021 con "El baile de favela", la misma melodía funk con la que clasificó para la final de esta modalidad en Tokio 2020.
El denominado funk brasileño nació en las favelas de Río de Janeiro, ciudad a donde llegó Andrade a temprana edad para entrenarse como gimnasta en el club Flamengo.
El ritmo es uno de los preferidos por la deportista, que comenzó a practicar suelo con esa melodía desde 2018. Antes, prefería hacerlo con canciones de Beyonce, de la que ferviente admiradora.
Clasificada en Tokio para la final absoluta y las finales de salto y suelo, la gimnasta brasileña espera seguir con la positiva racha que la ubica segunda entre las 24 mejores que disputarán las competiciones que darán medalla en los Olímpicos de Tokio.
En el concurso individual general de la fase clasificatoria, la estadounidense Simone Biles, máxima favorita, encabezó la lista con 57,731 puntos, seguida de la brasileña con 57,399. Estas notas no se tendrán en cuenta en la final del próximo jueves.
EFE