Aunque la titularidad de Rui Silva mantuvo en entredicho la continuidad de Claudio Bravo hasta el final, el arquero chileno confirmó que renovará su contrato con el Real Betis por una temporada, lo que le permitirá acumular cuatro años en el conjunto andaluz y 18 en el fútbol europeo en total.
En diálogo con radio Biobío, Capitán América ratificó el acuerdo para mantenerse en el cuadro que dirige Manuel Pellegrini, en virtud del cumplimiento de una marca. “Lo teníamos conversado desde el año pasado, cuando firmé extensión de contrato. Yo cumplí un determinado número de encuentros y eso, competir a este nivel y a esta edad, me llena de motivación”, sentenció.
El golero de 40 a{os explicó que “llegué a una etapa de mi vida donde he cumplido un sinnúmero de retos, sueños y desafíos. Estoy más centrado en lo que es disfrutar mi vida, me siento un privilegiado. Eso me ha llevado a tener una carrera longeva: saber aprovechar mis oportunidades para que no fuera un paseo corto y sí algo extenso fuera del país”, recalcó el doble mundialista y doble campeón de América.
Bravo y una carrera sin parangón
La trayectoria de Claudio Bravo ahorra cualquier debate sobre el lugar que tiene en la historia del fútbol chileno. Si ya a nivel de selección obtuvo logros inigualables, como su participación estelar en los dos títulos de la Copa América, dos Copas del Mundo y una Copa de las Confederaciones; en materia de clubes no es menor lo del oriundo de Viluco.
Luego de emerger de la cantera de Colo Colo y coronarse campeón en 2006, Bravo saltó al fútbol europeo de la mano de la Real Sociedad. En el cuadro vasco sufrió un descenso, pero fue prenda de garantía para timbrar el regreso a la máxima división de La Liga y luego saltar al mejor equipo de ese momento, el Barcelona, para reemplazar al legendario Víctor Valdés en 2014.
Dos años más tarde llegaría la opción de la Premier League junto a Pep Guardiola. Manchester City le dio un lugar como suplente de Ederson Moraes y el chileno tuvo protagonismo en las copas. Al término de su contrato, Betis marcó su teléfono y Bravo regresó a España, donde alcanzó la gloria máxima con el título de la Copa del Rey, el primero que obtenían los verdiblancos en 33 años.