Oleado y sacramentado. La MLS es el próximo destino del superastro Lionel Messi, quien está confirmado como refuerzo del Inter Miami, equipo que participa en la principal liga profesional de Estados Unidos.
La noticia se esparció a velocidad supersónica hasta alcanzar cada rincón del orbe y muchos escépticos levantaron la ceja en señal de incredulidad por el destino elegido por el argentino para continuar con su brillante carrera.
Aunque muchas ligas en el mundo, especialmente a este lado del globo, añorarían tener la infraestructura, calidad, solvencia económica y condiciones generales con que cuenta la MLS, el fútbol estadounidense se sigue considerando -quizás erróneamente- como un escenario muy menor en el concierto mundial.
¿Qué es el Inter Miami? ¿Un club con una rica historia? Definitivamente, no. ¿Tiene una galería de títulos que encandile a cualquiera? Menos. Para entender el espíritu de este club del Sur de la Florida al que llegará la megaestrella del fútbol mundial hay que adentrarse un poco en la manera en que se concibe en Estados Unidos el deporte profesional.
De partida, hay que erradicar la idea romántica de ese grupo de amigos que, embriagados en la bohemia de alguna ciudad en cualquier parte del mundo, deciden fundar un club de fútbol que represente sus nobles ideales. Nada de eso. En la MLS y en el deporte estadounidense en general, el tema funciona de otra manera. La Liga en sí es la que comanda el buque. Establece el número de equipos que participarán en el torneo e instaura las condiciones en que tal o cual club puede formar parte de esa liga.
El sistema funciona a través de las llamadas “Franquicias”, determinadas en este caso por la MLS en sus planes de expansión. Los interesados presentan su solicitud, cumplen con un exigente cuaderno de cargos (estadio específico para la práctica de fútbol, solvencia económica, etcétera) y la Liga decide si aceptar o no a esa nueva franquicia.
Es el caso del Inter Miami, cuyo dueño es el ex futbolista inglés David Beckham. El ex astro del Manchester United y el Real Madrid, entre otros, ideó el plan de crear una nueva franquicia para la MLS hace tanto tiempo como en 2012. Tuvo que superar obstáculos importantes, principalmente por la negativa del Condado de Miami Dade de la construcción de un nuevo estadio.
Finalmente y luego de agotadoras tratativas, en enero de 2018 la MLS confirmó que Miami sería la franquicia número 25 en ingresar a la Liga, a partir de la temporada 2020.
El mediocre desempeño de Inter Miami en la MLS
El debut del nuevo integrante de la Liga estadounidense se produjo, entonces, para la temporada 2020. Es uno de los 15 equipos que conforman la Conferencia Este y, desde su debut en el torneo, su desempeño ha sido de mediocre para abajo: finalizaron en el puesto 10 de su conferencia en el primer año, 11 en 2021 y, en su mejor actuación hasta el momento, sextos en 2020.
Hoy, el panorama es bastante mediocre. Son últimos en el Este, con 15 puntos en 16 partidos jugados, dos unidades por debajo de los equipos que están un poco más arriba, NYC FC y Chicago Fire.
Ahora, no es para preocuparse ni pensar que Messi va a llegar a un cuadro desahuciado. En los deportes estadounidenses hay un factor inmenso de diferencia con otras ligas del mundo: no existe el descenso, por lo que por más que Inter Miami dé la hora en este torneo, de todos modos en el próximo estará en la misma división.
Ahora, la apuesta es que con la llegada del argentino, los de la Capital del Sol se transformen en una potencia absoluta en la MLS. En Estados Unidos no existen equipos poderosos per se, sino que el protagonismo es alternado de acuerdo con acontecimientos específicos. Como ejemplo, en el básquetbol, los Chicago Bulls, antes de la llegada de Michael Jordan eran un cuadro mediocre que con suerte superaba el quinto lugar en su división. 1984/85 fue la primera temporada del mejor cestero de todos los tiempos en la franquicia de Illinois y, a partir de ese momento, la historia es archi conocida. ¿Pasará lo mismo con Inter Miami?
Inter Miami hace de local en un estadio ubicado donde antiguamente estaba el Lockhart Stadium en Fort Lauderdale, el que fue hogar también del Miami Fusion, equipo extinto de la MLS. David Beckham y compañía están a la espera de que termine la construcción del Freedom Park, el recinto ubicado en el barrio de Overtown, justo al noreste del centro de Miami, donde será la residencia definitiva y que, seguramente, con la presencia de Lionel Messi, será un estadio obligatorio para los fanáticos del fútbol de todo Estados Unidos.
