Polideportivo

Krystina Tsimaouskaya subastará medalla para ayudar a atletas refugiados

La velocista bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya, que abandonó los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 por enfrentarse a su gobierno, subasta desde este lunes una medalla deportiva para recaudar fondos y apoyar a deportistas de su país en condiciones similares. La bielorrusa ofertó en el portal de subastas ebay la medalla de plata que obtuvo en los 100 metros lisos de los Juegos Europeos de 2019. Las pujas habían elevado el precio del reconocimiento deportivo por encima de los 17 mil euros.

La Fundación de Solidaridad Deportiva Bielorrusa (FSDB), que apoyó a la atleta de 24 años en su decisión de abandonar el equipo nacional de su país y viajar a Polonia, afirmó en un comunicado que la distinción se subasta "a petición de Krystsina Tsimanouskaya y en apoyo de los atletas que han sufrido las acciones del régimen de (Aleksander) Lukashenko".

La FSDB destacó, citando a la joven atleta bielorrusa que la competición en la que obtuvo la medalla "fue extremadamente importante" para ella, porque se llevó a cabo en Bielorrusia, y "mucha gente", incluidos familiares, fue personalmente a felicitarle. El Comité Olímpico Internacional (COI) retiró el viernes la acreditación a dos oficiales bielorrusos, el entrenador del equipo de atletismo Yuri Moisevich y el oficial del equipo Artur Shumak, por la coacción que ejercieron contra Tsimanouskaya.

Tsimanouskaya es símbolo de la oposición en Bielorrusia

La deportista afirma que recibió la orden de regresar a su país el pasado 1 de agosto, después de que se quejase en público por la gestión deportiva de sus superiores, que le obligó a cambiar su participación en una prueba. La velocista, que expresó su temor a represalias del régimen de Lukashenko, se negó a volar a Misnk y en su lugar viajó a Varsovia, tras obtener un visado humanitario por parte de las autoridades polacas.

Tsimanouskaya, que con su acción se ha convertido en un símbolo de la oposición democrática que lucha contra las autoridades de Minsk en el extranjero, dijo en una rueda de prensa en Varsovia que, tras luchar muchos años por el sueño de conseguir una carrera deportiva, su único deseo, al margen de la política, es poder seguir compitiendo y reunirse con su marido y entrenador, Arseni Zdanevich.

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