La estadounidense Sydney McLaughlin no quiso ser menos que Karsten Warholm y, como el noruego, ha batido su propio récord mundial de 400 m vallas para conquistar la medalla de oro olímpica con un tiempo de 51.46 en el gran duelo con su compatriota Dalilah Muhammad (51.58), que también corrió por debajo de la plusmarca anterior.
La medalla de bronce, con un registro de 52.03, nuevo récord de Europa, fue para la holandesa Femke Bol, que estaba invicta este año.
La posibilidad de un tercer récord del mundo, tras los conseguidos por la venezolana Yulimar Rojas en triple salto (15,67) y por Warholm en 400 m vallas (45.94), sobrevolaba sobre la pista del estadio olímpico cuando las ocho finalistas se instalaron en los tacos de salida para batirse en la final femenina.
El prodigioso registro de Warholm, primer ser humano que baja de los 46 segundos en la vuelta a la pista con 10 obstáculos en el camino, demostraba que el estadio tokiota, pese a la ausencia de público por la pandemia, era un escenario ideal para el lucimiento de las atletas.
Y frente al gran duelo entre Warholm y el estadounidense Ray Benjamin, la final femenina proponía otro no menos cerrado entre Sydney McLaughlin, plusmarquista mundial con 51.90 en los campeonatos de Estados Unidos, y Dalilah Muhammad, su predecesora con los 52.16 que le dieron el título mundial en Doha 2019.
Rivalidades así son las que precipitan los récords mundiales, sobre todo si está en juego el oro olímpico.
Muhammad contrajo la covid-19 a principios de año pero se recuperó a tiempo para ganarse su plaza olímpica en el equipo norteamericano con un registro de 52.42 en los "trials".
La carrera discurrió muy pareja, aunque siempre con Muhammad ligeramente por delante. Las espadas estaban en alto todavía a media recta. Muhammad atacó en primer lugar el último obstáculo, pero McLaughlin aún guardaba otro cambio, como Warholm, para sentenciar en los últimos metros.
El rostro impasible con que la nueva campeona acogió su victoria no se acompasaba con su gran registro.
La holandesa Femke Bol, de 21 años, invicta este año en la Diamond League, participó en la fiesta como tercera en discordia. Empezó la carrera con una marca personal de 52.37, cuarta en la lista mundial de todos los tiempos, y la acabó batiendo un récord de Europa que llevaba 18 años en poder de la rusa Yuliya Pechonkina, con 52.34.
McLaughlin participó con 16 años en los Juegos de Río 2016, donde alcanzó las semifinales, y a lo largo del último ciclo olímpico se ha apoderado de la primacía mundial. Con 20 años obligó a Muhammad a batir el récord del mundo si quería vencerla en la final mundialista de Doha, y ahora es ella la que ha tenido que batir su plusmarca para no verse superada por su rival.
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