Miles de niñas y adolescentes son vendidas a sus maridos hasta en 200 mil pesos en México. Es una costumbre ancestral que no han podido eliminar.
Sucede en Tlapa, Guerrero y la práctica se agrava dado el dinero que llega de la migración a Estados Unidos. "Las muchachas serán ya presa de un matrimonio donde cualquier queja se ahoga con la misma frase: 'Yo te pagué'"
En una investigación realizada por el diario El País, las niñas y adolescentes se venden antes de que les toque la luna, es decir, antes de su primera menstruación.
"Las miradas de los hombres ya se han posado sobre ellas. Un día, al salir de la escuela, espera en la casa el futuro suegro que ha ido a solicitar su mano y a regatear el precio".
Aunque en México están prohibidos los matrimonios de menores, las leyes no han conseguido alterar las tradiciones y si el sacerdote se niega a oficiar la boda, se tenderá un petate, allí se arrodillarán, probarán un poco de sal y recibirán bendiciones.
"Carmen lo vio venir muy pronto y se fue del pueblo al acabar la primaria. Desde bien chica le plantó cara a su padre, un machista que amenazaba con venderla por 300 mil pesos y un coche".
En el pueblo Vicente Guerrero hay familias que se niegan a perpetuar la práctica. Domitila Mendoza y su marido han optado por cortar con ese gesto que ella tuvo que sufrir. La vendieron por 10 mil pesos. Sus hijas no pasarán por eso.
Carmen siempre contó con el apoyo de una maestra en la localidad de Lomazoyatl y deja un mensaje esperanzador: "Valió la pena". Su historia, como las de algunas otras que consiguen salir adelante en una ciudad amenazadora, son las luces que salpican una serranía todavía muy a oscuras.