El Palacio de Buckingham publicó dos fotos de la reina Isabel y el príncipe Carlos disfrutando del aire fresco de la primavera durante un paseo por los terrenos de Frogmore House. Las instantáneas están destinadas a "marcar el fin de semana de Pascua", según dijo el Palacio en Twitter.
El Príncipe de Gales también celebró el fin de semana de Pascua una recitación de un poema de Gerard Manley Hopkins que se interpretó durante un servicio virtual el domingo por la mañana en Stonyhurst College en Lancashire, según The Telegraph. El príncipe Carlos eligió el poema, titulado La grandeza de Dios, porque pensó que capturaría la "esperanza y la alegría" de la temporada, informa el periódico.
El comienzo del poema dice: "El mundo está cargado con la grandeza de Dios. Se apagará, como el resplandor de un papel de aluminio sacudido; se acumulará en una grandeza, como el exudado de aceite aplastado. ¿Por qué ahora los hombres no consideran su ¿varilla?"
El día jueves, la reina Isabel llevó a cabo otra tradición previa a la Pascua, a pesar de algunos cambios debido a la pandemia de coronavirus. Como siempre lo hace el jueves anterior a la Pascua, la monarca de 94 años distribuyó las monedas especialmente acuñadas conocidas como dinero de la Virgen para reconocer a las personas mayores de 70 años por el servicio a sus comunidades.
Aunque la Reina generalmente entrega el obsequio en persona en diferentes iglesias de todo el Reino Unido cada año, la reunión se canceló por segundo año consecutivo debido a las reuniones sociales restringidas en medio de la pandemia de Covid-19. En cambio, la monarca envió el regalo de la Virgen junto con una carta a cada uno de los 190 destinatarios, un hombre y una mujer por cada uno de los 95 años de la reina (ella celebrará el cumpleaños histórico a finales de este mes).
"Cada año, en el Royal Maundy Service, tenemos la oportunidad de reconocer y agradecer el trabajo realizado por innumerables personas por el bienestar de sus vecinos; un trabajo que a menudo se ha dado por sentado u oculto", dijo la reina Isabel en su carta.
"Estoy segura de que usted estará triste, como yo, de que las circunstancias actuales hagan imposible que se lleve a cabo ese Servicio. Sin embargo, espero que este obsequio santo les recuerde en los próximos años que sus esfuerzos han sido verdaderamente apreciados", agregó.