Todos los días recorre las calles de Ciudad de México para hacer campaña electoral, aunque no necesita darse a conocer. Los vecinos identifican perfectamente la máscara de luchador del Tinieblas, quien a sus 81 años dará su último combate en el ring de las urnas.
"¿Por qué el Tinieblas no puede cerrar con broche de oro su carrera? Gane o pierda voy a poner esto como antecedente del final del esta historia", contó este lunes a Efe el luchador, sentado en un puesto de tacos callejero de la Venustiano Carranza, alcaldía del occidente de Ciudad de México que aspira a gobernar.
Su último combate
El próximo 6 de junio, el Tinieblas tiene programada una de las mayores luchas en las que ha competido nunca. Se trata de las elecciones más grandes de la historia de México, donde se elegirán diputados, gobernadores y alcaldes al mismo tiempo. Con el recién fundado Redes Sociales Progresistas (RSP), este reconocido y semirretirado luchador aspira a dejar KO a los partidos tradicionales.
"Me he metido en lugares oscuros donde la gente no entra porque hay mucha inseguridad y pobreza. Allí es donde hay que estar porque los partidos nada más van a lugares importantes y se olvidan de ellos", cuenta tras recorrer las calles de la colonia (barrio) Janitzio.
Sus dos metros de altura y 130 kilos de peso sobresalen en este humilde barrio capitalino lleno de pequeños negocios como zapaterías y fruterías, donde todos identifican al Tinieblas al ver brillar su máscara dorada. "Es el primero que nos viene a visitar porque todos los demás nada más mandan propaganda", cuenta el empleado de una carbonería, preocupado por la seguridad y la falta de empleos.
Puerta a puerta, el Tinieblas explica a los vecinos que, de ganar, no se encerrará en un despacho, sino que seguirá pateándose las calles porque no quiere ser un político cualquiera. "Yo no tengo la necesidad de poder, de ganar todo el dinero. Afortunadamente el público me ha apoyado y me ha ido bien. No soy rico pero vivo bien", explica el inusual candidato, quien cree que a la política la falta "la honestidad y la sencillez" que aprendió en las luchas.