Recientemente, Allisson Lozz volvió a llamar la atención, luego de tener un Instagram Live en el que la ahora devota Testigo de Jehová, narró un doloroso pasaje en su vida, en el que el acné y las marcas que dejó en su rostro le causaron serios problemas de autoestima.
La ex actriz de Televisa narró en su Instagram que después de haber dado a luz a su segunda hija, Sydney, sufrió un fuerte episodio de acné y, aunque intentó cubrirlo con maquillaje, pero no logró solucionar el problema.
“La realidad es que en ese tiempo yo casi no me tomaba fotos porque era algo horrible. Mi autoestima se me bajó muchísimo, yo nunca había tenido acné ni de adolescente, nunca había vivido con algo así”, comentó.
"Entonces, el tener y luego un montón y luego yo soy muy ansiosa, entonces estaba llena de cicatrices, pero llena, era una cosa horrible. Yo no me quería ver ni al espejo. Mucho menos tomarme fotos", contó en la transmisión en vivo.
Finalmente, la actriz que lleva más de 10 años alejada de los reflectores comentó que con ayuda de la marca en la que trabaja le brindaron un tratamiento que combatió su mal.
¿Qué ha pasado con Allisson Lozz?
Desde 2011, Allisson Lozz se casó con Eliú Gutiérrez, y desde entonces se aseguraba que él era muy celoso razón por la que la actriz se alejó del medio artístico y también por que al convertirse en Testigo de Jehová, su misma religión le prohibía aparecer antes las cámaras. Después de darse a conocer esta información, ella misma desmintió que eso fuera cierto e incluso aclaró que su esposo no le impedía actuar, que todo era decisión de ella:
Después de eso, volvió a mantenerse alejada de cualquier medio o red social, hasta el años pasado que activó su cuenta de Instagram para anunciar lo feliz que estaba por formar parte de la familia Mary Kay.
Y aunque en un principio no quería regresar a trabajar porque ella lo relacionaba con mucho estrés y dejar de ver a sus seres queridos, se ánimo y ahora reconoce que es una decisión que le cambió la vida.
''Yo estaba medio ‘traumis’ con mi trabajo anterior, imagínense yo tenía ya 10 años sin trabajar, poquito más, casi 11. Y yo decía ‘¿trabajar?, ay no, gracias a Dios que tengo un esposito bien trabajador y que no tengo yo que trabajar’. Yo recordaba el trabajo como sinónimo de estrés, sinónimo a no ver a mi familia, sinónimo de estar agotada, sinónimo de tener tiempo cero para espiritualidad. En mi mente todo el trabajo era así'', sostuvo.