El cadáver de Kurt Cobain fue encontrado en el invernadero de su casa de Seattle en la mañana del viernes 8 de abril de 1994, pero había fallecido tres días antes, el martes 5, a los 27 años. Lo descubrió un electricista que había ido a instalar un sistema de seguridad y dio aviso a la policía. Sobre su pecho yacía una escopeta. Los forenses sólo pudieron reconocer su identidad por las huellas digitales. En su sangre se encontraron restos de heroína y Valium. Con este hecho el líder de Nirvana pasó a engrosar el fatídico "Club de los 27", que hace alusión a la edad que tenían: Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison y Amy Winehouse, al momento de sus respectivas muertes.
"Lo tengo todo y estoy agradecido, pero desde los siete años odio a todos los humanos en general. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo y ardiente por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y errática. Se me ha acabado la pasión", lamentaba el texto, que fue leído en su funeral por su esposa Courtney Love, con la cual tuvo una hija: Frances Bean Cobain
En los días previos había abandonado de manera furtiva un centro de rehabilitación de Los Ángeles. En la misma ciudad, y también bajo tratamiento por sus adicciones, estaba su esposa Courtney Love, con quien habló por última vez el 1º de abril, cuatro días antes de que se determinó su muerte.
La misma mujer contó tiempo después que el cantante se estaba despidiendo de ella sin esta saberlo: "Me dijo: 'Courtney, pase lo que pase, quiero que sepas que hiciste un álbum muy bueno'. "Yo dije: '¿Qué quieres decir?'. Y él me respondió: 'Sólo recuerda que, pase lo que pase, te amo'". Después de ello, Kurt Cobain voló de Los Ángeles a Seattle. Dicen que deambuló sin rumbo hasta que se recluyó en su casa. El lunes 4 de abril, su madre Wendy O'Connor denunció oficialmente la desaparición del músico.
En algún momento del martes 5 de abril se encerró en el invernadero. Trabó las puertas con un taburete. Dejó una carta extensa de despedida con una lapicera roja, dedicada a su amigo imaginario de la infancia: Boddah.
La carta de Kurt Cobain
Nacido en el seno de una familia católica de Aberdeen, en el Estado de Washington, sufrió de pequeño el divorcio de sus padres y fue víctima de bullying en su época de estudiante adolescente, lo que lo marcó de por vida y reflejó en su obra. Ante estos hechos traumáticos invento a un amigo imaginario: Boddah, a quien le dedicaría sus últimas palabras en la carta que encontraron a lado de su cuerpo ese fatídico 5 de abril .
"Hablando como el estúpido con gran experiencia que preferiría ser un charlatán infantil castrado. Esta nota debería ser muy fácil de entender. Todo lo que me enseñaron en los cursos de punk rock que he ido siguiendo a lo largo de los años, desde mi primer contacto con la, digamos, ética de la independencia y la vinculación con mi entorno ha resultado cierto. Ya hace demasiado tiempo que no me emociono ni escuchando ni creando música, ni tampoco escribiéndola, ni siquiera haciendo rock'n'roll. Me siento increíblemente culpable. Por ejemplo, cuando se apagan las luces antes del concierto y se oyen los gritos del público, a mí no me afectan tal como afectaban a Freddy Mercury, a quien parecía encantarle que el público le amase y adorase. Lo cual admiro y envidio muchísimo. De hecho, no os puedo engañar, a ninguno de vosotros. Simplemente no sería justo ni para mí. Simular que me lo estoy pasando el 100% bien sería el peor crimen que me pudiese imaginar. A veces tengo la sensación de que tendría que fichar antes de subir al escenario. Lo he intentado todo para que eso no ocurriese. (Y sigo intentándolo, créeme Señor, pero no es suficiente).
Soy consciente de que yo, nosotros, hemos influido y gustado a mucha gente. Debo ser uno de aquellos narcisistas que sólo aprecian las cosas cuando ya han ocurrido. Soy demasiado sencillo. Necesito estar un poco anestesiado para recuperar el entusiasmo que tenía cuando era un niño. En nuestras tres últimas giras he apreciado mucho más a toda la gente que he conocido personalmente que son fans nuestros, pero a pesar de ello no puedo superar la frustración, la culpa y la hipersensibilidad hacia la gente. Sólo hay bien en mí, y pienso que simplemente amo demasiado a la gente. Tanto, que eso me hace sentir jodidamente triste. El típico Piscis triste, sensible, insatisfecho, ¡Dios mío! ¿Por qué no puedo disfrutar? ¡No lo sé! Tengo una mujer divina, llena de ambición y comprensión, y una hija que me recuerda mucho como había sido yo.
Llena de amor y alegría, confía en todo el mundo porque para ella todo el mundo es bueno y cree que no le harán daño. Eso me asusta tanto que casi me inmoviliza. No puedo soportar la idea de que Frances se convierta en una rockera siniestra, miserable y autodestructiva como en lo que me he convertido yo. Lo tengo todo, todo. Y lo aprecio, pero desde los siete años odio a la gente en general…Sólo porque parece que a la gente le resulta fácil relacionarse y ser comprensiva. ¡Comprensiva! Sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por sus cartas y su interés durante los últimos años. Soy una criatura voluble y lunática. Se me ha acabado la pasión, y recuerden que es mejor quemarse que apagarse lentamente. Paz, amor y comprensión. Kurt Cobain.
Frances y Courtney, estaré en su altar.
Por favor, Courtney, sigue adelante por Frances, por su vida que será mucho más feliz sin mí. Los quiero. ¡Los quiero!