La crisis de los opioides ha encontrado un nuevo refugio en el mundo del entretenimiento con la película “El Negocio del Dolor” en Netflix. Siguiendo los pasos de éxitos anteriores como “Dopesick: Historia de una adicción”, esta comedia negra protagonizada por Emily Blunt y Chris Evans se sumerge en la oscura realidad de una empresa farmacéutica inspirada en hechos reales.
La trama se basa en un escándalo farmacéutico genuino que tuvo lugar, centrado en una compañía llamada Insys, que comercializaba un aerosol de fentanilo.
La inspiración proviene de un artículo de 2018 del New York Times Magazine, más tarde convertido en el libro “Pain Hustlers” por Evan Hughes. Aunque la película “El Negocio del Dolor” presenta personajes ficticios, muchos de ellos comparten roles similares con figuras reales de la historia.
¿Se basa “El Negocio del Dolor” en un escándalo real?
Sí, “El Negocio del Dolor” se inspira en el artículo de Hughes sobre Insys, revelando prácticas turbias, como la contratación de atractivos representantes de ventas y el soborno a médicos a través de “programas de oradores”.
¿En qué se diferencian las historias? A pesar de las similitudes, la película toma algunas libertades creativas, especialmente al introducir personajes ficticios como Liza Drake (interpretada por Emily Blunt) y su hija afectada por un tumor cerebral. Estas adiciones, según el director David Yates, buscan crear una conexión emocional única para los espectadores.
¿Tienen las historias finales similares? La realidad y la ficción convergen en el desenlace, ya que la historia real de Insys culminó en la condena del Dr. John Kapoor por participar en una conspiración de crimen organizado.
La empresa se vio obligada a llegar a un acuerdo por 225 millones de dólares, llevando a su quiebra. La película, aunque inspirada en hechos reales, se distancia al no pretender ser una recreación detallada de la historia de Insys, sino una exploración de los márgenes de la industria farmacéutica y sus prácticas cuestionables.
