Este viernes 9 de abril, se conoció el fallecimiento, a los 99 años, del príncipe Felipe de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II. La pareja real se mantuvo casada por más de 70 años y donde los rumores de infidelidad de parte de Felipe siempre rondaron al matrimonio, aunque fue uno de los más longevos de la realeza.
Producto de esta unión nacieron cuatro hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, de los cuales cada uno les ha dado dos nietos: Guillermo y Enrique; Zara y Mike; Beatriz y Eugenia; y Jacobo y Luisa). La lista continúa ya que tiene nueve bisnietos. Además tienen otro en camino de Meghan y Harry.
El inicio del idilio, la guerra y los años felices
La pareja se conoció en 1939, cuando el entonces monarca de Reino Unido, Jorge VI realizó una visita con sus dos jóvenes hijas -Isabel y Margarita- a la Universidad Naval. En medio de esto, Felipe de Moutbatten (su apellido original) que en aquel entonces era un apuesto cadete de 18 años, quedó a cargo de entretener a las dos princesas, captando la atención de la mayor de ellas, Isabel de 13 años.
Durante un tiempo, con la segunda guerra mundial de por medio, la pareja mantuvo la comunicación a través de cartas, hasta que en 1947 finalmente se casaron, en una ceremonia que fue transmitida por radio en todo el mundo.
Para esta unión, Felipe debió renunciar a su religión ortodoxa griega y perdió su título de nacimiento de príncipe de Grecia y Dinamarca. Pero poco antes de la esperada boda, en compensación, se le otorgó el título de Duque de Edimburgo.
Los primeros años del matrimonio transcurrieron sin mayores sobresaltos. De hecho en esa época Felipe fue enviado a Malta donde se instalaron en Villa Guardamangia, donde los biógrafos señalan que la pareja vivió feliz, como una verdadera familia, algo que Felipe nunca antes tuvo.
Sin embargo, las cosas cambiaron en 1952, ya que con la muerte del Rey Jorge VI, una joven Isabel debía sucederlo en el trono como reina, todo esto mientras que su marido se convertiría en príncipe consorte.
Con sus nuevas obligaciones protocolares, el Duque Felipe de Edimburgo no pudo mantener sus obligaciones en la marina, ya que ahora su rol era acompañar a la nueva Reina en los eventos oficiales, caminando siempre a tres pasos de su esposa y siguiendo el estricto protocolo de la realeza británica.
Si su ego ya estaba golpeado en ese momento, el hecho que sus dos primeros hijos Carlos y Margarita no llevaran su apellido Mounbatten, sino que el de su esposa, Windsor marcó un punto de quiebre. Frente a esto el príncipe consorte mostró su enojo, el que fue tomado en cuenta tras el nacimiento de sus otros dos hijos con Isabel, quienes sí ostentan su apellido.
Comienzan los rumores de infidelidades
Cansado del protocolo y las actividades oficiales a las que debía asistir, entre los años 1956 y 1957 el Duque de Edimburgo realizó un largo viaje sin la compañía de su esposa, lo que despertó el interés de la prensa.
Como era de esperar, los rumores sobre infidelidades no tardaron en aparecer, ya que tal como señalan publicaciones de la época, el príncipe consorte habría disfrutado de la compañía de diversas amantes, entre las que destaca una estrella musical de la época llamada Pat Kirkwood, con quien habría engañado a su esposa cuando esta se encontraba a la espera de su primer hijo, el príncipe Carlos.
La novelista inglesa Daphne du Maurier, autora de "Rebeca" también fue vinculada al príncipe Felipe, a quien conocía incluso desde antes que este llegara al altar con Isabel, según detalla Vanity Fair.
Por otra parte, la cantante Hélène Cordet -oriunda de Francia y amiga de infancia del príncipe también fue sindicada como una de sus conquistas. A lo largo de los años incluso una prima de la Reina Isabel, la princesa Alejandra de Kent, también fue relacionada al príncipe por la prensa.
En 2004, la duquesa de Abercorn, quien también había sido vinculada al príncipe, habló con un biógrafo de la familia real y despejó algunas dudas sobre su relación con el esposo de la reina Isabel II.
De acuerdo a lo indicado por la publicación, ambos se conocieron a mediado de los años 60' debido al interés común por las teorías del psicólogo Carl Jung. Pero según indicó la duquesa, solo se habría tratado de una "amistad apasionadas por las ideas" que compartían.
Otra de las amistades del Duque de Edimburgo que levantaron las sospechas de los tabloides, es lady Penny Brabourne, una aristócrata británica, a quien Felipe conoció en un partido de polo cuando cuando era novia del conde Mountbatten de Birmania, uno de sus ahijados.
Esta amistad se mantuvo a lo largo de los años, donde fue posible verlos a ambos asistiendo juntos a competiciones de equitación u otras actividades deportivas.
De hecho, según ha trascendido a mediados de 2010 el esposo de Lady Penny la abandonó por otra mujer, el príncipe Felipe se convirtió en uno de sus más grandes apoyos.
Pero según se ha informado, la reina estaba al tanto de la relación de su esposo y la aristócrata, ya que incluso la monarca la solía invitarla a sus palacios, tal como quedó registrado en fotografías de 2017.
Los últimos años de matrimonio
Este 10 de junio el Príncipe Felipe se aprestaba a celebrar sus 100 años de vida. Pero su última aparición pública fue el pasado 16 de marzo, cuando fue fotografiado saliendo en un vehículo desde hospital King Edward VII de Londres, recinto médico al que había sido ingresado a mediados de febrero por una afección cardiaca que obligó a intervenirlo quirúrgicamente.
Tras dejar el hospital el esposo de la reina fue trasladado hasta el Castillo de Windsor, donde tanto él como su esposa se encuentran confinados desde el inicio de la pandemia por Covid-19 y donde falleció durante las últimas horas, según informaron en un comunicado oficial.