“¿Quién iba a pensar que Arabia Saudita tendría tanto verde? Me encanta explorar sus maravillas inesperadas siempre que puedo”, escribió Lionel Messi en sus redes sociales a fines de abril, cuando se fue de viaje a Medio Oriente y terminó peleado para siempre con el PSG. Pero los árabes no se quedaron contentos con unas cuantas horas de La Pulga y quieren más.
Por eso, Al Hilal puso sobre la mesa de Leo un cheque equivalente a 1.200 millones de euros a cambio de dos años de contrato, con la posibilidad de firmar por una tercera temporada extra, la oferta más millonaria de la historia del fútbol mundial y que tiene con dolor de cabeza al Barcelona, que esperaba el regreso de La Pulga con una competencia más “normal”.
Pero hay algo que no compra el dinero, y es la estabilidad familiar. De hecho, según el diario L’Equipe, la aprobación del entorno de Messi a la propuesta árabe se enfrenta con la sensación que existe en el mismo círculo familiar, que sigue “sin superar las vacilaciones de la pareja ante la idea de vivir varios años en el desierto con sus tres hijos”.
El círculo más íntimo de Lionel Messi
Al ser un joven rosarino de 35 años que vivió más de la mitad de su vida en Barcelona, Lionel Messi ha tenido que aferrarse a los afectos para adquirir un equilibrio a nivel familiar. Es la labor que ha encabezado la esposa de La Pulga, Antonela Roccuzzo, con quién tiene una relación amorosa que se inició en 2007.
La pareja tiene tres hijos. Thiago nació en 2012, luego vino Mateo (2015) y finalmente Ciro (2018), todos criados en un contexto occidental y latinoparlante. Messi es “familiero” y así lo declaró desde el día en que nació su primogénito: “Hoy soy el hombre más feliz del mundo, mi hijo nació y gracias a Dios por este regalo”.
Durante su estadía en Barcelona y en PSG, Messi ha tenido la capacidad de establecer relaciones fuertes con algunos de sus compañeros de equipo y selección, como han sido los casos de Ángel di María, Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets. Sin embargo, ninguna de las ofertas actuales puede darle garantías de un reencuentro. Y menos en el desierto...