El Betis ganó por 1-3 en Budapest y sigue pujante en la fase de grupos de la Liga Europa tras derrotar al Ferencváros con dos goles en el segundo tiempo, después de que llegara al descanso con un 1-1 en un partido en el que demostró su superioridad sobre el conjunto húngaro.
El Betis refrendó su gran momento en LaLiga con su segundo triunfo en Europa, esta vez ante un Ferencváros que neutralizó poco antes del descanso el 0-1 del francés Nabil Fekir, aunque en el segundo tiempo reaccionó con los cambios e impuso su potencial con dos goles, uno en propia meta del estadounidense Henry Wingo en el 75 y otro de Cristian Tello en el último minuto del tiempo añadido.
Se medían dos equipos en racha en sus ligas, los húngaros con tres victorias seguidas y los sevillanos con otras tres y un empate, más su triunfo europeo ante el Celtic (4-3) que le puso líder del grupo G junto al Bayer Leverkusen alemán, que ganó 2-1 al Ferencváros en la primera cita.
Para mantener su posición privilegiada, en su primera salida en esta Liga Europa, el técnico Manuel Pellegrini revolucionó su once con nueve cambios. Con las bajas sensibles por molestias de Canales y del luso William Carvalho, sólo repitieron respecto al triunfo en Liga ante el Getafe el central argentino Germán Pezzella y el mediapunta francés Nabil Fekir, el más desequilibrante del Betis.
La apuesta, marcada por las obligadas rotaciones para afrontar con garantías tres competiciones, fue por el meta portugués Rui Silva; Montoya, Bartra y Álex Moreno en defensa; el marfileño Paul Akouokou y el mexicano Guardado en el medio; y en la parte ofensiva Joaquín, Rodri, Fekir y, más arriba, Borja Iglesias.
El choque comenzó con calma, sin sobresaltos y con el guión previsto. El Betis, con Paul y Guardado atentos y siempre prestos a enlazar con Fekir, el que mejor podía romper el partido en una acción de calidad, aunque en frente estaba un Ferencváros físico y disciplinado, ordenado, pero con limitaciones para salir al ataque.
El dominio fue de los béticos por calidad y disposición ante un rival voluntarioso, aunque, con su fútbol control y a veces parsimonioso, no creó las ocasiones que suele generar cuando tira de verticalidad y descaro, e imprime más velocidad a sus acciones ofensivas.
Aún así, el Betis, superior técnicamente al campeón húngaro, se puso por delante a los 17 minutos al rentabilizar una gran apertura a la derecha de Guardado para Rodri Sánchez y el servicio de éste a Fekir, quien controló a la perfección con la derecha y con la misma pierna, la menos buena del francés, fusiló sin remisión a Dibusz.
El debe del equipo español, pese a un cabezazo centrado del mexicano Guardado que despejó sin apuros el meta húngaro, es que no apretó para ampliar su renta y hacer más daño al 'Fradi', apelativo popular del histórico equipo de Budapest, que aprovechó esa falta de determinación para buscar equilibrar de nuevo el choque.
Lo hizo tímidamente, pero con fe, y, tras avisar con remates de cabeza de los hermanos marroquíes Mmaee, primero del central Samy y luego del delantero Ryan, empató a un minuto del descanso, cuando un grave fallo del argentino Pezzella dejó el balón en los pies del albanés Myrto Uzuni, quien la clavó de un colocado disparo a la izquierda de Rui Silva.
En la reanudación, el Betis siguió llevando el peso del juego, pero sin demasiada profundidad, aunque los cambios de Pellegrini le insuflaron energías renovadas a su equipo con la entrada de una tacada del mediocentro argentino Guido Rodríguez, el extremo Cristian Tello y el ariete brasileño Willian José, por Paul, Joaquín y Borja Iglesias. La apuesta del técnico chileno le dio sus frutos, pues el Betis dio un paso adelante ante un Ferencváros que no quería asumir riesgos y que sólo salía en contadas contras, casi siempre sin mucha verticalidad ni peligro.
Fue el Betis el que más apretó y, tras un cabezazo de Marc Bartra ligeramente desviado y un remate muy centrado de Guardado que paró Dibusz, encontró el premio a su superioridad y a su insistencia a un cuarto de hora del final, cuando en un córner botado por Fekir introdujo el balón en su portería el estadounidense Henry Wingo.
Tras el 1-2, los béticos controlaron sin problemas el juego y, aunque el Ferencváros, ya sin fuerzas, lo intentó sin éxito por medio de sendos remates de nuevo de los hermanos Mmaee, fue el cuadro español el que redondeó el marcador con un tanto de Tello en una rápida acción a los 95 minutos tras meterse en el área y batir de tiro cruzado al meta magiar.