Inglaterra le pasó por encima a Ucrania por 4-0 en el Estadio Olímpico de Roma y firmó su boleto a las semifinales de la Eurocopa, que tendrá la ventaja de jugar en Wembley Stadium.
Con doblete de Harry Kane, y goles de Harry Maguire y Jordan Henderson, los británicos dejaron tendida a unos ucranianos que nunca encontraron el ritmo en el partido.
El equipo de los "Tres Leones" reforzó su candidatura y alimentó el sueño de un país de volver a conquistar un gran trofeo internacional tras la Copa del Mundo de 1966, la única de su palmarés. Sería la primera Eurocopa de la historia inglesa, tras la tercera plaza de la edición de 1968 y las semifinales de 1996.
Los hombres de Gareth Southgate añadieron a su impermeabilidad defensiva, con Jordan Pickford que sigue imbatido en cinco partidos, una actitud más ofensiva que les permitió blindar sin despeinarse su plaza en las semifinales, que jugarán como favoritos, en casa, ante la sorpresa Dinamarca.
Hicieron valer la superioridad
Tras romper la maldición contra Alemania en los octavos de final, Inglaterra activó el piloto automático y triunfó con autoridad en el Olímpico, en el primer partido de su Eurocopa jugado lejos del fortín de Wembley. No pudo contar con el apoyo total de sus compatriotas en las gradas, pero eso no le impidió saltar al campo a imponer su técnica y fuerza física.
Lo demostró desde el principio, con una presión alta que puso contra las cuerdas el dibujo táctico de Andriy Shevchenko. La agresividad inglesa desnudó los límites técnicos de los tres zagueros e impidió encender el talento de los centrocampistas, como Oleksandr Zinchenko o Mykola Shaparenko.
Inglaterra tomó ventaja muy temprano
No pudo empezar mejor la expedición romana de Inglaterra, con Sterling que realizó una gran jugada personal por la banda izquierda, recortó y dio un pase al hueco que liberó a Harry Kane. El nueve del Tottenham no perdonó al meta Georgiy Bushchan y celebró su diana ante los cientos de espectadores ingleses, muchos de ellos residentes en Italia, que lograron entrar al Olímpico.
Kane, Jadon Sancho, preferido a Phil Foden en el once inicial, y Declan Rice pudieron sentenciar a Ucrania en la primera mitad, pero los hombres de Shevchenko tuvieron el mérito de resistir. Su compromiso, ovacionado por unos 2.500 aficionados ucranianos que tiñeron de amarillo las gradas del Olímpico, les permitió crecer con el pasar de los minutos y llegar a poner en duda la condición de imbatido del meta Jordan Pickford.
La lesión sufrida por el defensa central Sergiy Kryvtsov fue aprovechada por Shevchenko para dar paso a Victor Tsygankov, dejar el 3-5-2 y pasar a una defensa de cuatro que añadió poderío a la delantera. Roman Yaremchuk, con un remate parado, y Zinchenko, cuyo disparo fue repelido por el muro inglés tras una buena jugada coral, tuvieron en sus botas los balones que pudieron cambiar la historia del encuentro, o al menos alargar la vida de Ucrania.
No lo lograron y el fútbol les pasó factura. A los dos minutos de la reanudación, en una acción a balón parado, Harry Maguire firmó con un autoritario cabezazo el 2-0 y dejó tocada a Ucrania. Dos minutos después, Sterling activó a Shaw con un pase de tacón por la banda izquierda para que éste colgara el centro que Kane envió al fondo de las mallas con otro testarazo.
El resto del partido fue un monólogo, con Southgate que revolucionaba al once para dar paso a jugadores menos habituales, entre ellos el talentoso Jude Bellingham, de 18 años, o Jordan Henderson, el capitán del Liverpool que necesitó apenas siete minutos para anotar, con otro cabezazo, el 4-0.
La afición inglesa hizo de las suyas
Con una asistencia total que apenas superó los 11 mil aficionados, el espectáculo pasó del campo a las gradas, donde los ingleses presentes entonaron su célebre cántico "It's coming home", para alimentar su sueño de volver a poner las manos en un trofeo internacional tras 55 años de interminable espera.
El próximo paso será de nuevo en Wembley, ante Dinamarca, mientras que la hipotética final sería contra el ganador del España-Italia.