El Boca Juniors no solo quedó eliminado de la Copa Libertadores, sino que también fueron rociados con gas lacrimógeno por autoridades del estadio de Brasil luego de que intentaran entrar a los vestuarios del Atlético de Mineiro. La polémica del partido no solo se vio después de caer en la tanda de penales (3-1) y con un gol anulado por el VAR. sino que trascendió de la cancha y algunos futbolistas terminaron con daños físicos como Carlos Zambrano.
Al terminar el partido, los jugadores y el cuerpo técnico del cuadro xeneize se vieron involucrados en una trifulca contra la policía del recinto, donde hubo golpes, empujones y se lanzaron vallas y botellas. Para dispersarlos, las autoridades optaron por lanzar gas pimienta a los argentinos.
El defensa central Carlos Zambrano terminó por mostrar en sus redes sociales cómo quedaron sus ojos al irritarse por el contacto con los gases arrojados, aún así lo acompañó con la frase: "Los colores se defienden".
