El caso de Adalid Maganda sigue envuelto en la polémica de los dimes y diretes. Después del anuncio de la salida del silbante de la Comisión de Arbitraje de la FMF, Maganda se ha encargado, como en ocasiones anteriores, de atraer los reflectores a sus desencuentros con el órgano de los árbitros. El ahora exsilabante de la Liga MX ha declarado en diversas ocaciones que sus episodios amargos con la FMF son consecuencia de racismo por parte de Arturo Brizio y la Comisión que preside.
Según reporta ESPN, hoy habría sucedido el primer acercamiento formal de Maganda con la FMF, pero no con Brizio como lo ha solicitado en los últimas días, a quien acusó de cobarde por no darle la cara: "No me ha dado la cara Arturo Brizio, van como diez llamadas y no contesta; que dé la cara, como jefe de la Comisión Árbitros tiene que dar la cara, decir que me dan de baja por ciertas razones, pero no. No lo hace, es un cobarde, manda a sus achichincles a chin..."
En la reunión de hoy Adalid y la Federación habrían avanzado hacia una solución, aunque hasta el momento no hay indicios de una posible reincorporación de Maganda al cuerpo arbitral de la Primera División.
No es el único caso
Uno de los argumentos que ha utilizado Maganda para justificar su molestia con la FMF es la forma en la que se dio su despido. Según el árbitro fue informado de su baja por la asesora Quetzalli Alvarado y posteriormente se lo notificaron los abogados de la FMF, por lo que al parecer ni Brizio, ni ningún otro funcionario de la Comisión de Arbitraje le dio argumentos a Adalid para sustentar su salida.
Al respecto, el exárbitro Paul Delgadillo declaró que si bien cree que no se trata de racismo, el despido de Adalid responde a una falta de buenas prácticas dentro de la Comisión para prescindir de los servicios de sus silbantes.
"La lectura que le doy yo no es un tema de racismo, sino la patética forma de abordar el tema con los árbitros cuando ya no tienen proyección. No hay el tacto de decirles que no dieron el ancho en Liga MX; no se sientan a platicar con ellos y no es sólo el caso de Adalid. Yo lo atribuyo más a esa falta de capacidad hasta de un sentido humano, de sentarlo en una oficina, explicarle y sobre todo con cosas contundentes y decirle que no tiene capacidad de competir con otros compañeros y por eso debe terminar tu carrera", dijo Delgadillo a ESPN abonando a la polémica del caso Maganda.