Hacer ejercicio es un tema que puede ser la pesadilla de cualquiera, ya que este sano hábito si no se adquiere desde edades tempranas no será la prioridad ni el gusto de personas más mayores, a pesar de que los beneficios sean magníficos.
No es un tema solamente de verse bien, esto es solo un valor agregado pues la actividad física ayuda a que nuestro cuerpo funcione de manera adecuada, lo que también nos otorga una calidad de vida increíble reduciendo la posibilidad de enfermedades de todo tipo.
Pero seamos sinceros, pasado cierta etapa de la vida, específicamente después de los 30, empezar a hacer ejercicio no suena como lo más atractivo; el cuerpo ya ha comenzado a deteriorarse, hay más responsabilidades y sobre todo más imposibilidades.
Beneficios de hacer ejercicio después de los 30
Así pues, se ha encontrado una serie de cosas positivas que la actividad física aporta en especial a las personas pasadas de las 30 primaveras; conócelas y tal vez así te animes a ir al gimnasio o a mínimo hacer estiramientos desde tu casa.
- Aporte de energía
Es común que el cuerpo no rinda igual después de esta edad, antes podías ir a trabajar en la mañana, salir a comer por la tarde e ir por unos tragos en la noche; pero conforme avanza el tiempo esto cada vez se vuelve más cansado. El ejercicio combate el cansancio, ya que una rutina diaria te dará las energías necesarias para poder seguir con tu vida incluso fuera del trabajo como cuando eras más joven.
- Descanso saludable
Una de las cosas que te hacen lucir viejo más rápido es la falta de descanso y llegando a esta etapa es de lo más normal que tus horas de sueño se vean afectadas por diversas situaciones que no te dejan tranquilo. Está comprobado que el ejercicio ayuda a reducir la ansiedad, el estrés y despeja tu mente, lo que se ve reflejado al dormir de forma más saludable.
- Mejora en el sexo
El desempeño en la cama es una de las primeras cosas que se notan con la edad, pues el cuerpo te manda señales sumamente reveladoras de que estás envejeciendo en estos momentos. El ejercicio también mejora o hasta soluciona esta situación, ya que, al mantenerte en constante actividad física, mejora la resistencia física y hasta la relación que tienes al ver tu propio cuerpo.