Conforme avanza la pandemia de COVID-19 en el mundo, la lista de secuelas que deja la enfermedad crece, y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por si siglas en inglés) ha logrado identificar los efectos que deja el virus a largo plazo en las personas.
Aunque la mayoría de las personas que se han contagiado del virus se han recuperado, algunos pacientes pueden tener síntomas que pueden durar semanas y en algunos casos hasta meses.
Estos son síntomas de largo plazo más comúnmente notificados:
- Fatiga
- Dificultad para respirar
- Tos
- Dolor en las articulaciones
- Dolor de pecho
- Dificultad para pensar y concentrarse (a veces llamado "mente nublada")
- Depresión
- Dolor muscular
- Dolor de cabeza
- Fiebre intermitente
- Corazón que late rápido o muy fuerte (conocido como palpitaciones)
De acuerdo con el organismo de salud estadounidense, las complicaciones más graves de largo plazo afectan diferentes sistemas del organismo y parecen ser menos comunes, las cuales incluyen los siguientes problemas:
- Cardiovasculares: inflamación del músculo cardiaco
- Respiratorias: anomalías en la función pulmonar
- Renales: lesión renal aguda
- Dermatológicas: sarpullido, pérdida de cabello
- Neurológicas: problemas con el gusto y el olfato, problemas para dormir, dificultad para concentrarse, problemas de memoria
- Psiquiátricas: depresión, ansiedad, cambios de humor.