Las personas que ya se vacunaron contra Covid-19 y que pretenden tomar cualquier tipo de alcohol, podrían presentar efectos secundarios de la inyección o hasta la pérdida de linfocitos, lo que significa menores defensas al cuerpo.
De acuerdo con la doctora Rosa María Wong, del Laboratorio de Investigación en Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina de la UNAM, los efectos "del alcohol pueden enmascarar o potenciar los efectos secundarios de la vacuna -como mareos o dolor de cabeza-, por ello se recomienda no tomar en 72 horas, que es el periodo en que las vacunas causan algún efecto".
Las autoridades sanitarias de México recomiendan no tomar alcohol durante los 21 días posteriores a la aplicación de la vacuna anticovid.
En tanto, la Sociedad Española de Inmunología (SEI) indicó que la combinación de vacunas con "el consumo de alcoholes destilados y drogas tiene un efecto inmunosupresor, con unos mecanismos muy parecidos a los que se producen en situación de depresión o estrés".
Otras organizaciones internacionales detallan que el uso crónico de sustancias alcohólicas puede reducir el número de linfocitos T Periféricos y provocar una pérdida de linfocitos B Periféricos, ambos relacionados con la defensa del cuerpo.
Además de que una persona que bebe alcohol frecuentemente, es más propensa a contraer el virus del SARS-CoV-2 ya que reducirá el efecto de la vacuna.