Los estadounidenses, entre la confusión y el recelo de no llevar mascarilla

Las nuevas directrices de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) divulgadas el pasado jueves han provocado un terremoto social.

Muchos vacunados contra la covid en Estados Unidos han dejado de llevar mascarilla en la calle después de que las autoridades sanitarias afirmaran hace una semana que ya no es necesaria para ellos, aunque la directriz genera confusión y recelo en la sociedad. Mientras, empresas e instituciones tratan de adaptarse ahora a este súbito cambio en la nueva fase de la pandemia.

Después de más de un año con los cubrebocas como herramienta contra la pandemia, las nuevas directrices de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) divulgadas el pasado jueves han provocado un terremoto social.

"Todo aquel que esté completamente vacunado puede participar en actividades en el interior y el exterior, grandes y pequeñas, sin tener que llevar mascarilla o guardar una distancia física. Si está completamente vacunado, puede comenzar a hacer las cosas que dejó de hacer por la pandemia", dijo Rochelle Walensky, directora de los CDC, en una rueda de prensa ante el asombro general.

Las palabras de Walensky querían marcar un antes y un después en EE.UU., así como servir de motivación para que los no vacunados dieran el paso de inocularse.

La realidad, sin embargo, es más compleja y ha generado un inesperado rechazo. Si bien un gran número de los vacunados han acatado la normativa, especialmente al aire libre, el problema se da en los espacios interiores, donde las empresas y establecimientos tienen que encarar el riesgo potencial de contagio, dado que no todos pueden o quieren exigir prueba de vacunación a sus trabajadores o clientes.

En Washington, la capital estadounidense, muchas de las cafeterías y restaurantes han modificado sus carteles en las puertas de entrada para subrayar que se seguirán exigiendo el uso de mascarillas en el interior pese a la nueva normativa.

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