Crónica vivencial: ¿Cómo es vacunarse contra el Covid-19 en la CDMX?

Este lunes 15 de febrero comenzaron las inoculaciones en la Ciudad de México. El proceso para recibir la fórmula ante el coronavirus queda plasmado en el siguiente relato.

Están ahí desde las siete de la mañana, son aproximadamente 60 personas formadas con la intención de inmunizarse contra el coronavirus.

Es el primer día de la implementación del plan nacional de vacunación en la Escuela Primaria Lídice en la Ciudad de México y sólo hay quinientas vacunas por módulo.

Las fichas de registro no llegan, así que los servidores de la nación y los médicos tienen que pintar el número de turno en la mano. El recinto es una escuela primaria convertida en centro de vacunación,

Hay una fila de más de tres cuadras y anuncian que todavía no llegan las vacunas. La gente carga hasta sillas para poder sentarse mientras espera.

Dos horas después, a las 09.00, llegan las vacunas. Los 60 individuos de antes ahora son más de 400: señoras en silla de ruedas, señores encanecidos de la mano de sus hijas, nietos formados en lugar de sus abuelos.

A las 10:15 horas comienzan a admitir a los ciudadanos en grupos de 25 personas y reparten carteles con el número de turno.

Hay funcionarios del gobierno de la CDMX en la entrada recibiendo el papeleo. Lo único que se necesita es el INE, tener más de 60 años y vivir en la alcaldía correspondiente y ser uno de los primeros quinientos en llegar.

Una vez superada la fila, dentro esperan enfermeras por todas partes y militares apostados en las paredes. Sientan a los asistentes en hileras de sillas separadas un metro cada una y ahí se espera el llamado.

Advierten que se pone en riesgo la salud si se tiene enfermedades crónicas activas, se ha presentado algún cuadro de Covid-19 en los últimos 15 días o se está en recuperación de la enfermedad.

Cuando ya se entra a la inoculación, se siente un pequeño pinchazo.

La aguja es liviana y delgada

, y muchos dicen que no se siente la inyección.

Después de la inmunización sientan al asistente en otra parte del patio donde lo monitorean en busca de alguna reacción negativa o alergica ante la dosis recién administrada.

Cuando termina ese tiempo entregan un talón con fecha e información sobre cuando y donde se pondrá la segunda inyección.

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