El expresidente de Estados Unido,s Donald Trump, estuvo cerca de tener que utilizar un respirador cuando enfermó de coronavirus en octubre pasado. Según aseguraron al New York Times fuentes conocedoras del asunto, su estado de gravedad era mayor del que se admitió públicamente.
Según el medio neoyorquino, los niveles de oxígeno del entonces jefe de estado estadounidense llegaron a ser "extremadamente bajos", y sufría un problema pulmonar asociado a la neumonía, una condición que causa el COVID, apuntaron cuatro personas que conocían el estado de salud de Trump.
El pronóstico era tan preocupante que, antes de ser trasladado al hospital militar Walter Reed, se pensó que tendría que empezar a utilizar un respirador.
Las fuentes del medio estadounidense aseguraron además, que se detectó que Trump padecía de infiltrados pulmonares, que suceden cuando los pulmones están inflamados y contienen sustancias como fluidos o bacterias.
De acuerdo al citado medio, sólo el nivel de oxígeno del expresidente ya era causa suficiente para preocupar a los médicos, ya que cayó por debajo del 90 %, y se considera que la enfermedad es severa cuando este indicador cae por debajo del 95 %.
El día que fue trasladado al hospital, el pasado 2 de octubre, se informó a los medios de que Trump tenía fiebre y problemas para respirar, y los tipos de tratamientos que recibía indicaban que su estado era preocupante.
Las nuevas revelaciones sobre el estado de Trump, y los importantes esfuerzos de la Casa Blanca por conseguir medicaciones que aún no habían sido aprobadas, apuntan a que la información que se publicó en ese momento fue limitada, y en ocasiones engañosa, dice el prestigioso diario, que expuso además que el entonces presidente se resistió a ser hospitalizado. Es más, solo accedió cuando sus auxiliares le dijeron que podía salir de la Casa Blanca caminando, o arriesgarse a que los Servicios Secretos de EE.UU. le llevaran a la fuerza si la enfermedad empeoraba.