Los incendios forestales en Canadá provocaron una intensa nube de humo que llegó a la ciudad de Nueva York esta semana. Los vientos del oeste transportaron las partículas finas y contaminantes del fuego hacia la metrópolis neoyorquina, provocando condiciones atmosféricas muy dañinas.
Esto ha causado preocupaciones sobre la salud de los residentes, ya que el humo contiene una gran cantidad de partículas finas y contaminantes, como dióxido de azufre y monóxido de carbono.
Se ha reportado que los residentes de la “Gran Manzana” han experimentado algunos síntomas relacionados con el humo proveniente del incendio canadiense, como dificultades respiratorias, irritación en los ojos y garganta, tos persistente e incluso náuseas.
El departamento de salud ha recomendado a las personas evitar actividades al aire libre y cerrar ventanas y puertas para evitar el humo. Las autoridades también han emitido una alerta de salud sobre el aire, indicando que la calidad del mismo es muy baja.
Por medio de su cuenta de twitter, Eric Adams, alcalde de Nueva York pidió a la población recortar la exposición “a lo estrictamente necesario” en el caso de enfermos con patologías de corazón o pulmón, así como niños y ancianos.
Fue esta semana que Canadá reportó más de 400 incendios forestales activos, según el Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales. Hasta el momento más de 26.000 canadienses han sido evacuados de sus hogares por esta grave situación que se espera empeore.