Siempre ha existido el debate de qué es mejor, si lo caliente o lo frío. Incluso para bañarse, las personas se dividen en opiniones y hay quienes prefieren entrar a la regadera con agua helada, mientras que otros prefieren a temperaturas más altas. Todo es cuestión de gusto y resistencia.
No obstante, se ha comprobado que, aunque parezca algo extraño, ducharse a bajas temperaturas trae algunos beneficios que van desde lo psicológico hasta los efectos fisiológicos. Así que después de leer la información que recopilamos para ti, tal vez intentes no utilizar el agua caliente.
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Vale la pena mencionar que a pesar de que los siguientes puntos están comprobados por experimentos aplicados a grupos grandes personas, cada cuerpo es diferente y pude reaccionar de distinta forma ante diversas situaciones. Así que te recomendamos precaución al intentarlo.
Los beneficios de bañarse con agua fría
- Reducción de peso: claro que adoptar una buena alimentación y hacer ejercicio ayudan mucho, pero como complemento las duchas de agua fría te ayudan a quemar calorías gracias a que se estimulan las células de grasa con la sensación y, por lo tanto, reduces algunos kilos de más.
- Mejor descanso: contrario a las creencias populares, al someter el cuerpo a las bajas temperaturas los niveles de las hormonas que nos hacen sentir estrés se apaciguan. Si esto se hace antes de acostarse podrías mejorar tu calidad de sueño y sentirte mejor al día siguiente.
- Piel hidratada y cabello sano: el agua a altas temperaturas puede ocasionar que la piel se reseque o se irrite, contrario a lo que hace el agua fría que ayuda a darle brillo a la cabellera y además fortalece las cutículas capilares. Complementar con algunos productos como cremas ayuda más.
