En esta semana, un fragmento sacado de una sesión de preguntas y respuestas, en la que participó el senador estadounidense John Kennedy, ocasionó diferentes reacciones sobre todo con el público mexicano, ya que el funcionario habló sobre la crisis de drogas que se vive en Norteamérica de forma peculiar.
Para dar un poco de contexto, se piensa que un opioide sintético que incluso supera a la morfina en cuanto a analgésico, conocido como fentanilo, es producido y exportado por los carteles en México hasta los Estados Unidos. Como consecuencia han aumentado los casos de sobredosis y drogadicción.
“Sin EUA, México estaría comiendo comida para gatos y viviendo en una carpa”: senador republicano
— Político MX (@politicomx) May 11, 2023
John Kennedy cuestionó a la directora de la DEA sobre por qué no se ha planteado una estrategia para que las fuerzas armadas de EUA ingresen a México para combatir a los cárteles. pic.twitter.com/wmVBs3F2Vo
Algunos políticos y líderes de opinión piensan que para acabar con el problema del narcotráfico lo mejor es que el ejército norteamericano mueva tropas a la frontera y a los estados en donde hay alta presencia de grupos delictivos para colaborar con las fuerzas mexicanas y así erradicarlos por completo.
Ante estos intereses hay varias líneas de pensamiento y temores de lo que podría ocurrir si el gobierno de López Obrador permite la presencia de militares extranjeros, ya que no es secreto para nadie que el intervencionismo lejos de ayudar a resolver las cosas, muchas veces las empeora. Esto pinta para ser igual.
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Las declaraciones del senador Kennedy y su afirmamiento de que sin el comercio de Estados Unidos los mexicanos “estarían comiendo comida para gatos de una lata y viviendo en una carpa en un traspatio”, ocasionaron que Marcelo Ebrard lo nombrara una persona “profundamente ignorante”.
Y es que, de acuerdo con el Secretario de Relaciones Exteriores, la guerra contra el tráfico de fentanilo ha costado miles de vidas a México, tanto de oficiales de organizaciones judiciales como de civiles inocentes, pues el país es el que más ha contribuido para que la droga no llegue a los estadounidenses.