El trágico accidente de trenes en Grecia del pasado martes, cuando chocaron de frente dos máquinas, no solo ha dejado 57 muertes, sino que también ha hecho crecer más la furia de la gente ante este hecho.
La mayoría de las víctimas fueron estudiantes universitarios, por lo que han sido tanto familiares, amigos como otros jóvenes quienes se han movilizado y convocando a protestas por lo ocurrido.
Además, los medios locales informaron que más de 10 personas siguen desaparecidas, ya que Grecia observa tres días de luto nacional. Los equipos de rescate todavía están revisando carruajes quemados y abrochados, en busca de víctimas.
Este fue el “momento más difícil”, dijo el rescatista Konstantinos Imanimidis a la agencia de noticias Reuters, porque “en lugar de salvar vidas, tenemos que recuperar cuerpos”.
Por su parte, un jefe de estación de 59 años está siendo acusado de homicidio involuntario por negligencia, admitiendo tener responsabilidad en el lamentable accidente.
“Está literalmente devastado. Desde el primer momento, ha asumido una responsabilidad proporcional a él”, dijo Pantzartzidis, abogado del acusado, insinuando que el jefe de estación no era el único culpable.
Son más de 2.000 las personas que se han manifestado con ira por lo ocurrido. “Estamos enojados con la compañía, el gobierno y los gobiernos anteriores que no hicieron nada para mejorar las condiciones en el ferrocarril griego”, dijo Stavros Nantis a medios internacionales.