Nuestros cerebros son unos procesadores de información esponjoso y blando, convierten los millones de elementos de nuestro alrededor en señales que podemos entender, tal es el caso de un color que realmente no existe, más bien nuestro cerebro decidió inventarlo.
Aunque las pantallas no puedan reproducir todos los colores perceptibles para el ojo humano y la mayoría de los colores espectrales solo se puedan aproximar; sin embargo, hay un color que no está en el cuadro de tonalidades.
Existen ondas de energía que ondulan su frecuencia y determina una gama de efectos, algunas ondas pueden recalentar tu comida en el microondas, otras nos muestran un hueso de rayos x, otras más transmiten sus programas de radio preferidos y otros determinan los colores.
¿Cómo nuestro cerebro detecta los colores?
Nuestros ojos detectan el color a través de los conos, células especializadas que están concentradas en la mácula, el centro de la retina. Existen 3 tipos de conos en el ojo humano:
- Tipo L: sensibles a longitudes de onda larga
- Tipo M: sensibles a longitudes medianas
- Tipo S: sensibles a longitudes de onda corta
Nota: Los S detectan tonos azules; los M son los verdes y los L, son los rojos.
En el siguiente gráfico puedes ver que cuando un rayo de luz con una longitud de onda de 570 nanómetros entra en tu ojo, estimula tanto los conos L como los M. El cerebro detecta a las ondas y las convierte en un mensaje eléctrico que se envía a lo largo del nervio óptico.
Si observas de cerca, podrás ver que las pantallas están compuestas de pequeños grupos de luces rojas, verdes y azules, pero tu pantalla puede producir todo el espectro.
¿Qué color no existe oficialmente?
De acuerdo con estudios científicos, oficialmente el color magenta no existe. No hay una longitud de onda para el magenta, lo que significa que el cerebro humano lo inventa. Lo percibimos sólo cuando los conos S y L captan una señal de luz roja y azul pura. Nuestros cerebros lo crean literalmente.
Las frutas y flores magenta habrían tenido el mayor contraste contra un fondo verde y verlas le facilita a nuestros antepasados encontrar un sabroso almuerzo. Nuestro cerebro hace todo tipo de estos extraños saltos cognitivos todo el tiempo.