México es uno de los países con mayor número de plantas medicinales gracias a los diversos climas que posee. Una de ellas es el cuachalalate, un árbol que crece en la selva baja. La altura del árbol oscila entre los 6 y los 9 metros, tiene el tronco torcido, presenta ramificación y copa aplanada.
Su corteza es usada con muchos fines curativos ya que se emplea en malestares digestivos, dolor de estómago, infección o inflamación intestinal, para limpiar el estómago, para el hígado, la vesícula, contra la tifoidea y en problemas bucales como dolor de muelas. También es usado para afecciones respiratorias, tos, inflamación y resfriados, así como otras enfermedades pulmonares.
También se emplea en problemas relacionados con la sangre y su circulación, para purificarla o desintoxicarla, curar várices y úlceras varicosas. Otras aplicaciones medicinales son para las fiebres intermitentes, paludismo, calentura, caída del cabello, manchas en la piel, gangrena y como antidiabético.
El cuachalalate ayuda a prevenir el cáncer
De acuerdo a la revista Medicina Tradicional Mexicana de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el cuachalalate se usa para tratar úlceras, cáncer del estómago, gastritis y ciertas lesiones cutáneas.
Otro estudio revelado por la FES Iztacala demostró que la planta es una aliada para prevenir el cáncer de colon ya que ayuda a combatir la colitis. En consecuencia, también disminuye la probabilidad de desarrollar un cáncer de colon.
En una investigación realizada en pruebas en ratones por expertos de dicha facultad, encontraron que los extractos de cuachalalate y chupandilla redujeron la sintomatología de enfermedades del intestino. También verificaron que reestructura el daño presente el colon, ya que lo regenera.
