Bienestar

Truco casero: el arte de salvar un cierre con un tenedor

Un truco hogareño que demuestra cómo un simple utensilio de cocina puede ser la solución a uno de los problemas más comunes en nuestra ropa.

Cierre o cremallera Este truco casero con un tenedor para arreglar un cierre te va a solucionar la existencia | Foto: Beefunky

A quién no le ha pasado: estás apurado, intentando cerrar tu chaqueta o mochila, y de repente, el jalador del cierre se queda en tu mano, dejando el cierre totalmente inútil. Pareciera que la única solución es correr donde una costurera o sastre, pero gracias a la astucia popular, hay una solución rápida y al alcance de la mano.

El tenedor, tu nuevo aliado

En plataformas como TikTok, la creatividad no tiene límites. La usuaria @avelinne24 nos mostró un método que muchos han adoptado: simplemente hay que poner el jalador del cierre entre los dientes de un tenedor.

Luego, introduces los pistones del cierre a través del jalador, permitiendo que ambos lados del cierre se unan y puedas cerrarlo con normalidad.

Pero ojo, para asegurarte de que el cierre no te juegue una mala pasada de nuevo, es bueno poner un nuevo tope en la parte inferior. Si no tienes uno, un pequeño pedazo de tela cosido puede hacer el trabajo.

Truco casero con un tenedor para arreglar un cierre
Truco casero con un tenedor para arreglar un cierre | Foto: @avelinne24-TikTok

¿Y si hay que cambiar la cabeza del cierre?

Si el desafío es mayor y necesitas reemplazar la cabeza del cierre, lo primero es encontrar una que sea del mismo tamaño y estilo que la dañada.

Para ponerla, tendrás que exponer un poco de la tela en el extremo del cierre y sacar los dientes uno por uno con un alicate.

Después, introduces la nueva cabeza en la tela y te aseguras de que los lados del cierre estén bien puestos sobre ella.

Una vez hecho esto, siempre es bueno probar el cierre varias veces para asegurarte de que no te dejará botado.

La maravilla de los trucos chilenos

Estos consejitos demuestran que, muchas veces, las respuestas a nuestros cachos diarios pueden estar en los lugares más insospechados.

Ya sea un tenedor o un pedacito de tela, con un poco de maña y creatividad, es posible darle una segunda oportunidad a nuestras prendas y objetos queridos.

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