En los rincones de cada hogar, se encuentra un líquido ácido que ha sido subestimado durante demasiado tiempo: el vinagre.
A lo largo de los años, hemos compartido consejos sobre cómo mezclarlo con otros elementos, como el bicarbonato de sodio, para limpiar diferentes áreas de la casa.
Sin embargo, recientemente, nos hemos dado cuenta de un fenómeno curioso: un número creciente de personas ha empezado a usar vinagre en sus puertas.
Intrigados por este comportamiento, decidimos explorar las razones detrás de esta práctica.
Puertas y picaportes: focos de suciedad
Las puertas y manillas (los picaportes) son, sin duda, las superficies de nuestra casa que más interactúan con el mundo exterior, convirtiéndose en imanes para la suciedad y las bacterias.
Es imperativo, entonces, limpiarlas y desinfectarlas adecuadamente para asegurar un ambiente higiénico en nuestro hogar.
Aunque hay productos específicos en el mercado diseñados para esta tarea, muchos contienen químicos y sustancias que pueden ser costosos.
Es aquí donde el vinagre, un humilde líquido ácido, se convierte en un protagonista inesperado.
Brillo reluciente con vinagre
Para limpiar estas áreas de la casa, se puede preparar una solución con una parte de vinagre y tres de agua.
Esta mezcla se debe verter en un recipiente con dosificador y se necesitarán tres paños suaves para la aplicación. El proceso de limpieza variará según si la madera de la puerta está barnizada o no.
Puertas barnizadas
Si la puerta de madera está barnizada, se debe mezclar una parte de jabón neutro, una de agua y una de vinagre.
Primero, se limpia el polvo de la superficie con un paño seco de microfibra.
Luego, se humedece otro paño con la solución y se frota suavemente sobre la superficie.
Finalmente, se seca con otro paño limpio.
Puertas no barnizadas
Si la puerta de madera no está barnizada, se debe agregar una cucharada de aceite de oliva a la mezcla anterior de vinagre.
Primero, se quita el polvo de las puertas con un paño seco.
Luego, se humedece otro paño con la solución y se limpia la superficie.
Finalmente, es necesario secar todo y quitar los restos de humedad.